Los Paijanenses de la Quebrada Santo Domingo
viernes, 26 de marzo de 2021
miércoles, 19 de febrero de 2020
IMPUNIDAD
Impunidad
Víctor D. Corcuera Cueva
El
pasado 30 de enero, el titular de la Dirección Desconcentrada de La Libertad
(DDC-LL) anunció la restauración del geoglifo/geoquilca Triple Espiral Chimú,
el cual fuera gravemente afectado durante el 2015 por los invasores de la zona
arqueológica Quebrada Santo Domingo, Laredo, La Libertad.
Considerando
que el Paisaje arqueológico de la Quebrada Santo Domingo está constituido por
los geoglifos/geoquilcas, talleres líticos Paijanense, caminos, estructuras
arquitectónicas, quebradas, cerros y terrazas cuaternarias; además de
intervenir un solo elemento, la geoquilca Triple Espiral, se debería, entre
otras acciones, clausurar definitivamente el acceso al lugar.
De
otro lado, aun cuando la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR PERÚ)
advirtió de la amenaza de destrucción del geoglifo Triple Espiral -lo que
motivó el pronunciamiento de la UNESCO frente a la grave situación-, el
Ministerio de Cultura no hizo nada por evitar tal tragedia. Asimismo, hasta el
momento la DDC-LL no ha realizado ningún proceso judicial contra el Proyecto
Chavimochic, cuya maquinaria pesada fue la responsable de la destrucción de otros
bienes arqueológicos – en la misma zona- en el 2004.
Desde
hace 20 años hemos señalado la necesidad de clausurar definitivamente el puente
que da acceso a esta zona arqueológica. Sin embargo, la desidia, el desprecio y
la omisión de funciones de aquellos funcionarios enquistados, han permitido la
destrucción sistemática de los talleres líticos, caminos y decenas de geoglifos;
quedando estos delitos vergonzosamente impunes.
Ojalá
que esta intervención anunciada sea el inicio de una nueva historia en pro de
este excepcional Paisaje arqueológico, la Quebrada Santo Domingo.
Publicado
en el diario La Industria de Trujillo
Trujillo,
4 de febrero de 2020
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en PDF: pulse aquí
Etiquetas:
Asociación Peruana de Arte Rupestre,
DDC-La Libertad,
geo quilcas,
impunidad,
laredo,
quebrada santo domingo,
Victor Corcuera Cueva
jueves, 23 de mayo de 2019
¿El fin de la Quebrada Santo Domingo?
¿El
fin de la Quebrada Santo Domingo?
Víctor D. Corcuera Cueva
El
Certificado de inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) es el documento que
permite, a diario, la liberación de sitios arqueológicos a nivel nacional. Para
esto, diversas empresas vinculadas a proyectos de inversión, cuentan con
profesionales y bachilleres para lograr tales fines. En La Libertad, la
liberación de sitios empezó desde antes que exista tal documento y con el
criterio técnico de los funcionarios del ex INC. Un caso concreto es
Chavimochic. Sin embargo, no todos los sitios fueron liberados, algunos de ellos
fueron declarados Patrimonio arqueológico. No obstante, haber sido incluidos
como bienes del Estado, actualmente ya cuentan con el CIRA, desestimando su
evidencia arqueológica.
Un
tema emblemático es el Área arqueológica Arenales de Santo Domingo, en el cual
se ha proyectado un nuevo Centro Poblado que, aparentemente, ya tiene el CIRA. La
Municipalidad de Laredo, desde su gestión anterior, viene promoviendo la
creación de una urbanización en este espacio. La situación es muy grave puesto que
son Áreas arqueológicas y no han sido debidamente investigadas –solo
registradas-. Otras realidades, cómo las actuales excavaciones en Pampa La Cruz-Huanchaco,
es una referencia para tomar en cuenta y ahondar en las investigaciones.
En
tal sentido, la DDC-La Libertad, debería asumir su rol de defensa y protección
del Patrimonio. Si hasta la fecha no han
cumplido en restaurar las geoquilcas de la Quebrada Santo Domingo ¿cómo
pretenden seguir liberando sitios comprometiendo la conservación de su entorno
inmediato?
Es muy probable
que la creación de un nuevo centro poblado en este sector motive invasiones a
la Quebrada Santo Domingo, afectando irreversiblemente toda la evidencia
arqueológica.
Artículo de
opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 21 de
mayo de 2019
Artículo en versión PDF: pulse aquí
lunes, 29 de octubre de 2018
Las espirales de la Quebrada Santo Domingo. Seguimos en la resistencia
Las espirales de la
Quebrada Santo Domingo
Seguimos en la resistencia
Espiral con voluta. Fotografía por © Gori Tumi Echevarría López - 2008 |
Víctor D. Corcuera Cueva
Este
primero de noviembre, se cumple 18 años desde que llegamos por primera vez a la
Quebrada Santo Domingo, valle de Moche, La Libertad. En aquel tiempo, conjuntamente
con un grupo de amigos habíamos integrado el colectivo “Capuxaida”, con el cual
investigábamos las posibilidades de nuevas alternativas turísticas para
fomentar la práctica de deportes de aventura en la Región La Libertad. La
práctica del sandboarding, para Trujillo, nacería con este colectivo. Las
primeras dunas recorridas fueron aquellas situadas entre cerro Chico y cerro
Arena, detrás del Apu de la Huaca de la Luna, el cerro Blanco.
A
causa de las limitaciones para el acceso a estas dunas, decidimos buscar otros
espacios. Es en ese contexto que el 1 de noviembre del 2000 llegamos al pie de
una duna de 100 metros de alto, formada por arena de origen eólico, fina y de
textura muy suave, perfecta para el sandboarding. Desde su cima observamos, por
primera vez, uno de los atardeceres más excepcionales que hayamos visto en
nuestras vidas. Al oeste, en el horizonte, el sol tocaba las olas del océano
Pacifico, mientras que al Este los últimos rayos iluminaban las montañas de una
tonalidad rojiza, la misma que se proyectaba en las nubes. Sin embargo, lo más
espectacular de ese instante fue apreciar que, al fondo, en la parte baja de
ese conjunto de montañas, se extendían terrazas, cortadas por los lechos de
ríos secos. Éstas eran de un color rojizo, uniforme, parecía que era la sangre
de las montañas que bajaban hacía el río Moche.
Desde
entonces, quedamos embelesados de aquel espacio, donde el silencio le dotaba de
una atmosfera etérea, limpia y, desde nuestra perspectiva, sagrada. Atraídos
por estas características empezamos a visitar la duna semanalmente, y siempre
desde su cima contemplábamos aquellas terrazas.
A
inicios del 2001, decidimos ingresar a aquellas terrazas. El primer paso que
dimos en aquel espacio fue mágico. Sentimos como si la energía, acumulada por
milenios, circulaba por nuestras arterias, formando una unidad entre las
terrazas, las montañas y nosotros. Para nuestra sorpresa, hallamos un
micro-geoglifo de la forma de una serpiente de aproximadamente 10 m de largo
por 1 m de ancho. Asombrados por la existencia de ese trazo decidimos regresar
la semana subsiguiente para fotografiarlo. Para cuando volvimos, el
micro-geoglifo había sido destruido desde el subsuelo. La maquinaria pesada de
Chavimochic y otras empresas, utilizaban la zona como cantera oficial para
diferentes fines. Desde entonces, de nuestra parte, hicimos lo imposible para
colaborar con el INC-hoy MINCUL-, sin embargo, por razones que desconocemos,
sus reacciones siempre fueron cuestionables.
En
ese contexto, iniciamos una campaña sistemática para su investigación,
conservación y defensa. Uno de los resultados que se logró fue que el INC
coloque el panel que señalaba su categoría, zona arqueológica Quebrada Santo
Domingo. Los materiales arqueológicos investigados abarcaban desde los periodos
más prístinos de nuestra herencia cultural hasta el Intermedio Tardío, Chimú. Evidentemente
los geoglifos se convierten en las manifestaciones arqueológicas más notables
del lugar. Los diseños de éstos son de diferentes temáticas, donde las
espirales son las menos comunes, pero por sus técnicas de manufactura, las más
visibles. De las investigaciones realizadas por Gori Echevarría y Víctor
Corcuera, se tienen espirales, espiral con voluta y triple espiral. Así mismo,
quien escribe, en sus recientes investigaciones ha hallado una cantidad
excepcional de talleres de ocupación Paijanense, así como también, caminos,
muros, y un sistema de control administrativo durante el periodo Chimú.
Hace
un par de años se propuso la creación de un Geoparque para la Quebrada Santo
Domingo, a causa de la importancia geológica que comprende a la zona
arqueológica en relación a su entorno. Asimismo, se reportó –por primera vez-
la flora y fauna de la Loma Ochiputur, la cual es la clave para comprender la
razón por la cual, desde el Paijanense hasta el Intermedio Tardío, aquel
espacio fue ocupado por milenios.
A
pesar de nuestros esfuerzos, la zona arqueológica ha sido afectada seriamente,
ya sea por ser utilizada como cantera, o como botín de traficantes de tierras
para fines agrícolas o de vivienda. No obstante, esta tragedia, hay iniciativas
de carácter institucional e individual que siguen en la resistencia, en
proteger este Paraje, único y excepcional y legarlo a las próximas
generaciones, es un deber moral.
Antes
de concluir deseo nombrar a las personas con quien llegamos por primera vez a
este lugar: Daniel y Melissa Massat, Enrique Plascencia, Pedro Mendez y Luis
Cabrera. Asimismo, destacar la labor de las personas e instituciones que han
empezado a involucrarse en su defensa y divulgación: los caminantes de Rutas Nómadas, quienes son los
actuales guardianes de las Huacas; José Orrillo; y Pablo Namay, investigador social
originario de Laredo. A todos ellos, mis sinceros agradecimientos, hoy y
siempre.
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martes, 28 de agosto de 2018
Hoyada Santo Domingo. Territorio nómada y huella física de la ocupación Paijanense
Hoyada Santo Domingo
Territorio nómada y huella física de la ocupación Paijanense
Se pone a disposición el artículo del Bachiller en Ciencias Sociales, Víctor Corcuera Cueva, el cual trata acerca de la ocupación Paijanense en la Zona arqueológica Quebrada Santo Domingo.
lunes, 28 de mayo de 2018
martes, 1 de mayo de 2018
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